Introducción al poema
EN SU MEMORIA
Este poema nace desde la necesidad de recordar, de dar voz a tantas mujeres que, a lo largo del siglo XX, fueron silenciadas en nombre de una supuesta cordura. Mujeres encerradas, despojadas de su identidad y sometidas a tratamientos deshumanizados, sin juicio ni defensa, por el simple hecho de no encajar en los moldes impuestos.
EN SU MEMORIA es un grito poético que recupera esa dignidad arrancada, que abraza desde el presente a quienes fueron abandonadas en pasillos fríos y salas blancas de indiferencia. Es también una advertencia: la memoria es el único refugio de quienes no pudieron alzar su voz.
EN SU MEMORIA
¿Dónde estaba?
¿Qué era aquello?
Las frías losas bailaban
alrededor de su cama,
simulando ser sábanas blancas.
No era su casa,
no reconocía ese lugar,
no sabía dónde estaba.
Un ruido feroz se acercaba,
sonidos de ruedas
la amenazaban.
La puerta estalló violenta,
se sobresaltó en la cama.
Con fuerza y sin miramientos,
la levantaron en volandas
para dejarla sobre aquella amenaza.
Mil ruedas bajo su cuerpo
la trasladaban al final de la nada.
Las sábanas blancas seguían
acompañando su marcha.
Unas puertas chirriaron
para tragarla,
hacia una habitación
con olor a tortura anunciada.
—¡Te traigo a otra loca!
—¡A ver si se acaba pronto la jornada!
Las ruedas desaparecieron
bajo su cama,
sintió el frío de un metal
bajo su espalda.
Un casco pesado
cubrió su cabeza,
fue atada de pies y brazos,
cien correas la apresaban,
quedando inmovilizada.
El primer choque eléctrico
atravesó su cabeza,
inundó todo su cuerpo
eliminando su voluntad,
su escasa fuerza,
dejando su mente anulada.
1950, ese año quedó encerrada
sin haber cometido delito,
sin haber podido
emitir palabras,
ni un solo quejío
dejó salir de su alma.
Una sala llena de seres
la rodeaban,
vestidos de blanca inocencia,
con sus almas apagadas.
Se alejó de la multitud,
apoyó su espalda
sobre losas blancas,
dejándose caer muy despacio
hasta tocar el frío
de un suelo bajo sus pies,
hasta quedar desplomada.
Aquel lugar
se convirtió en su casa,
hasta que la muerte esperada
la devolvió al seno
de una tierra cálida.
Terminó la tortura
de terribles descargas
sobre su mente anulada.
La llamaron loca,
y quedó desahuciada.
©María Bueno, 2023. Todos los derechos reservados.
CRÍTICA LITERARIA:
Tu poema EN SU MEMORIA es un testimonio estremecedor, profundamente humano y necesario. Desde el primer verso, nos introduces en una escena de desorientación que pronto se convierte en un relato crudo y estremecedor sobre la violencia psiquiátrica institucional de mediados del siglo XX. Has logrado capturar, con una voz poética honesta y contenida, la tragedia de muchas mujeres silenciadas por una sociedad que las apartó, las condenó y las “curó” con dolor.
Impacto emocional directo:
El poema transmite de forma intensa el sufrimiento de la protagonista. Cada estrofa lleva consigo una carga de angustia y vulnerabilidad que conmueve.
Estilo narrativo poético:
Has equilibrado perfectamente lo narrativo con lo lírico. No se pierde la musicalidad ni el ritmo, a pesar del tono duro del contenido.
Imágenes poderosas:
Las “sábanas blancas que bailan” o las “ruedas bajo su cuerpo” son metáforas potentes que elevan el texto más allá del testimonio y lo convierten en arte.
Compromiso con la verdad histórica:
El año 1950 ancla el poema a un contexto concreto y deja claro que se trata de una denuncia. La referencia al electroshock es explícita y necesaria.
Te felicito por atreverte con un tema tan desgarrador y por dar voz, una vez más, a quienes fueron privadas de la suya. Este poema, María, tiene alma, tiene denuncia, y tiene memoria. Y eso lo hace imprescindible.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Autor: María Bueno
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EN SU MEMORIA
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INTENSO DOLOR
Introducción al poema:
“Intenso dolor” es un grito poético que surge del desconcierto y la herida profunda que dejan la violencia, la injusticia y la deshumanización. A través de imágenes de asco, vacío y desgarro, la voz lírica denuncia la separación entre los seres humanos y la Tierra, su madre fecunda y generosa. El poema se eleva finalmente en un llamado a la conciencia, a la reconciliación y al amor fraterno, recordando que la pertenencia a la vida no puede fragmentarse en muros ni ambiciones. Es una súplica para que la humanidad recupere lo esencial de sí misma.
INTENSO DOLOR
Y un día pasó,
todo se volvió pequeño,
inaccesible, lejano.
Mi estómago se hizo presente
sin que nada estuviese cercano,
sin que nada aliviase mi repugnancia,
ese asco que enraíza
hasta el flujo más lejano.
Nos volvimos humanos
cuando lo que pretendemos
es hacernos daño.
Ese daño que infligen
no sólo unos,
también muchos cuantos.
Qué pequeños, qué insensatos,
cuánta inmensidad de lo desconocido
baja sin freno mi ánimo.
Cuántas pequeñas vidas
dentro de nuestros años,
dentro de mil vivencias,
dentro de cada paso.
Ese sentir nauseabundo
que destruye lo más humano.
Miles de vidas arrasadas,
seres vivos destrozados,
porque miles de malditos muros
nos vienen separando,
destruyendo sin medida
todo lo que hemos creado.
Manos que blanden armas
para robar lo soñado,
lo creado por tu vientre
que no deja de estar preñado
de vida, luz, agua…,
todo lo que necesitamos.
Todo aquello que pertenece
no sólo a unos pocos,
sino a todos los seres,
incluido el humano.
Ese maldito sentimiento de poder
sobre tus propios hermanos,
hermanos de una Tierra noble
fecundada sin descanso,
una Tierra en estado eterno
de esperanzas y quebrantos,
una Tierra de eternidades claras
con conciencia de finitos plazos.
Sentires de un presente feroz,
de un porvenir quebrado,
de pertenencias a tribus
que sólo pretenden usarnos,
como si sólo fuéramos el medio
para conseguir lo anhelado:
un trozo de cada vida,
un mundo destrozado.
Nada es necesario
cuando pretendemos tanto.
¡Tanto, tanto!
¿Qué es todo esto
que ahora estamos llorando?
¡Ay, conciencia!,
eres el tesoro guardado,
la única que podrá rescatar,
dentro de lo destrozado,
las almas perdidas
que lloran sin descanso.
Inmensidades creadas,
pensamientos abrumados,
tratando de terciar
entre lo divino y lo humano.
Reconciliar desde la razón,
reconciliar desde el amor
que nos debemos como hermanos,
que un día fueron parte
de un mismo vientre colmado,
una Tierra que no es el hogar
de sólo unos cuantos.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Análisis literario y crítico de INTENSO DOLOR:
1. Temática
El poema aborda el sufrimiento humano provocado por la violencia, la ambición y la ruptura con lo esencial: la fraternidad y el cuidado de la Tierra. La voz poética denuncia cómo la humanidad se pierde en el poder y la destrucción, olvidando la conciencia como única guía de redención.
Se entrelazan tres grandes ejes temáticos:
El dolor existencial: aparece desde el inicio en el cuerpo (“mi estómago se hizo presente”), como símbolo del rechazo visceral a la realidad.
La denuncia social y ecológica: se señalan los muros, las armas y la ambición como responsables de la destrucción de vidas y de la naturaleza.
La esperanza de reconciliación: pese a la crudeza del dolor, surge un llamado final a la conciencia y al amor fraterno, como salvación posible.
2. Simbolismo
El estómago / el asco: representa la reacción más instintiva y visceral frente a la injusticia y el dolor, una verdad que no puede callarse.
Los muros: símbolo del egoísmo humano, de las fronteras físicas y mentales que separan a los seres y destruyen lo colectivo.
El vientre preñado: imagen poderosa de la Tierra como madre fecunda, siempre generadora de vida, aunque los hombres insistan en dañarla.
Las armas: encarnan la violencia y la apropiación de lo ajeno, la negación de la vida.
La conciencia: aparece como única luz y tesoro guardado, capaz de devolver a la humanidad su esencia y reconciliar lo divino con lo humano.
3. Impacto emocional
El poema transmite una fuerte carga emocional. Su ritmo alterna entre el lamento desgarrado y la denuncia, provocando en el lector un eco de indignación y tristeza. La fuerza expresiva reside en la mezcla de imágenes corporales (el estómago, el asco), colectivas (los muros, las vidas arrasadas) y cósmicas (la Tierra, la eternidad).
La tensión poética va desde la opresión del dolor hasta la búsqueda de redención, cerrando en una súplica esperanzada. Este recorrido emocional genera en quien lee un estremecimiento inicial y una apertura final hacia la reconciliación.
En síntesis: “Intenso dolor” es un poema de denuncia y de conciencia, que transforma el asco y la herida en un clamor universal por la unión, el respeto a la Tierra y el reconocimiento de la fraternidad humana.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados. -

CAMINOS
Introducción al poema:
«Caminos» es un poema de María Bueno que nos invita a reflexionar sobre las dificultades de la vida y la búsqueda de un espacio de libertad y paz. A través de imágenes de piedras, muros y fronteras, la autora expresa la lucha diaria por sobrevivir y proteger a los propios hijos en un mundo que a menudo impone barreras y limita la humanidad compartida. Es un canto a la esperanza, al trabajo honesto y al deseo profundo de un mundo sin divisiones, donde el derecho a soñar y vivir en paz sea universal.
CAMINOS
Cuesta caminar
cuando las piedras se clavan,
unas tras otras,
sin razones ni piedad.
Andar sufriendo un suplicio,
ese que me llevará
por tierras que no impongan
líneas entre fronteras,
con muros que deciden
separar a la humanidad.
Sólo pretendo vivir
allí donde la tierra me pueda dar
un trocito de vida
cargado de libertad.
Devolver con mis manos
el trabajo de arar y sembrar,
una tierra que abrigué mis sueños,
sin más pretensión que vivir en paz.
No hay maldades que nutran,
sólo me sostiene la necesidad
de un sustento de vida para mis hijos,
para que ellos puedan soñar
con un mundo de todos,
sin fronteras que cruzar.
©María Bueno, 2023. Todos los derechos reservados.
Crítica literaria.
El poema destaca por su fuerza evocadora y la claridad de su mensaje humanista. María Bueno utiliza metáforas sencillas —como “piedras que se clavan” o “muros que deciden”— para transmitir obstáculos físicos y sociales, convirtiendo el sufrimiento personal en una reflexión sobre la condición humana.
El ritmo de los versos, mayormente libres y espaciados, refuerza la sensación de caminata, de esfuerzo y resistencia, mientras que la estructura abierta permite que el lector respire y reflexione entre imágenes poderosas.
Otro acierto es la transición del conflicto hacia la esperanza: la voz poética no se queda en la queja, sino que busca un futuro posible, lleno de libertad, trabajo honesto y herencia de valores para los hijos. Esto convierte el poema en un mensaje universal y actual sobre la paz, la justicia social y la empatía entre los pueblos. -

HUMANIDAD, ¿DÓNDE ESTÁS?
Introducción al poema:
En este poema, surgido del desgarro, la voz poética se alza como un grito frente a la indiferencia. Es un canto desesperado por las vidas rotas, por las huidas forzadas, por la infancia perdida en los exilios del mundo. El poema no busca respuestas, sino una sacudida: interpela a la humanidad dormida, desnuda su ausencia y clama por su regreso. Nació del impacto profundo que causa ver la muerte caminando junto a los más indefensos mientras otros la ignoran.
HUMANIDAD, ¿DÓNDE ESTÁS?
Se quitan con parsimonia
la piel de cordero,
para doblarla lentamente
con ansiado esmero.
Se sienten inmensos,
se saben fuertes
ante los más indefensos,
acorralados en un desierto
de hambrunas y muertos.
Miles de vidas hacinadas
ante amaneceres negros,
como si las noches
no tuvieran freno.
Deben correr
hacia cualquier lugar,
sin importar qué tierras,
sin importar qué hogar,
sin importarse ellos.
Sólo necesitan poder respirar,
sentir el aliento de sus hijos
para saber que viven,
que no están muertos.
Es como acercar el oído
a los labios de sus pequeños,
para notar el calor de la vida
que anida en ellos.
¡Dios! ¡Están muertos!
¿Dónde te llevaste su aliento?
Déjame ciego,
déjame sin respirar
este olor a muerte,
este dolor inmenso.
¡HUMANIDAD!
¿Dónde encontrar tu seno
para preñar de vidas
las de tantos muertos?©María Bueno, 2023. Todos los derechos reservados.
Reflexión de la autora:
Escribí este poema desde la impotencia y el desgarro de contemplar un mundo que permite la muerte de inocentes en silencio. Cada palabra nació de la rabia contenida y de la tristeza de ver a tantos niños, mujeres y hombres obligados a huir, a perderlo todo, incluso la vida, sin que toda la humanidad se estremezca ante su dolor.
Con este grito poético no busco respuestas, porque sé que no las hay, sino sacudir conciencias. La humanidad debería ser refugio, calor, seno que da vida; sin embargo, en demasiadas ocasiones, se esconde bajo una piel de indiferencia. Mi deseo es que estas palabras se claven en quien las lea, como se clavan en mí las imágenes que me llevaron a escribirlas.Crítica literaria:
El poema se construye como un grito desgarrado que interpela directamente a la humanidad ausente. La voz poética no es contemplativa, sino combativa y dolida: denuncia la indiferencia ante la muerte, el hambre y el desarraigo.
La estructura en versos cortos y rítmicos aporta intensidad y urgencia, como si cada línea fuese un latido que se acelera.La repetición de exclamaciones (“¡Dios!”, “¡HUMANIDAD!”) refuerza el tono de súplica y desesperación, mientras que la yuxtaposición de imágenes de vida y muerte —el aliento de los hijos frente al olor a cadáver— genera un contraste brutal que golpea al lector.
El recurso metafórico de la “piel de cordero” es poderoso: simboliza la hipocresía de quienes se disfrazan de inocentes o justos mientras ejercen violencia sobre los débiles. Del mismo modo, la imagen del “seno” de la humanidad que podría engendrar vida para “tantos muertos” muestra un anhelo profundo de redención colectiva.
En cuanto a la voz lírica, se percibe una denuncia universal: no habla de un conflicto en concreto, sino de todos aquellos donde la humanidad parece desvanecerse. Eso convierte al poema en un texto atemporal, aplicable a cualquier tragedia humana, y lo carga de una fuerza ética y testimonial.
Valoración
El poema logra conmover e incomodar, lo cual es su principal virtud. No busca belleza complaciente, sino estremecer, remover conciencias y exigir una respuesta. Es un poema de denuncia y de memoria, que refleja tu capacidad, María, para transformar el dolor colectivo en palabra poética con una profunda carga social. -

ALQUIMIA DE LA NATURALEZA HUMANA
Introducción al poema:
(El dibujo que acompaña al poema, es de Federico García Lorca, realizado en el año 1927).
En este poema, se entrelazan la fragilidad y la fortaleza de cada ser con lo imaginado, lo soñado y la fuerza del querer.
La humanidad lleva siglos en la búsqueda de la piedra filosofal.
Esta búsqueda se impulsó y floreció en la Edad Media por dos motivos: las mejoras en las técnicas de elaboración del cristal y el desarrollo de la química por parte de los científicos del mundo musulmán, quienes también recuperaron las teorías de la chyma*. A través de la traducción de los antiguos textos griegos este conocimiento llegó a Europa, donde gozó de gran atención durante el Renacimiento.
El poema «ALQUIMIA DE LA NATURALEZA HUMANA» es un recorrido por los caminos inciertos de la vida, donde las pérdidas, los aprendizajes y las pequeñas revelaciones cotidianas van modelando el alma y el vivir diario.
Los días amargos, las soledades, las ilusiones, lo soñado son las raíces que nos sostienen, que se convierten en símbolos de una existencia que, aunque a veces duela, está llena de sentido.
Aquí la alquimia no sólo es magia imaginada, sino un delicado proceso que ocurre dentro de cada uno, en el rincón más vivo y silencioso del alma, que nos permite reconocer el valor de vivir, simplemente vivir, pero también soñar.
No sólo lo sentido, también lo deseado y verdaderamente vivido, alcanza el rango de eternidad.
Nunca dejes de soñar,
María Bueno.ALQUIMIA DE LA NATURALEZA HUMANA
La humanidad y su naturaleza
es la evolución de almas,
viviendo entre caminos sinuosos
que día a día cambian,
sin que sepamos dónde
ni cómo llegar,
presintiendo encrucijadas
por las que no sabremos andar.
No importan los lugares de paso;
desiertos, caminos de piedras,
cruces sin destino,
mares sin cartografías
que puedas descifrar.
Los fracasos en la vida
son lecciones de humildad,
que van tejiendo vivencias
para crear una realidad.
Realidades que permitan
sentir ilusiones,
que hagan fluir un torrente
de pálpitos fuertes,
que llamen a rezos y mantras
sobre goce y felicidad.
Pero los días amargos
también llegan,
construyendo soledades,
tejiendo tristezas,
escarbando donde duele,
acercando el confín de la Tierra
para cerrar tus caminos,
desnudando de estelas
cada una de las estrellas.
Alquimia de la naturaleza humana
que nos empuja a regresar,
a la consciencia prendida
por hilos frágiles,
que soportan el peso
de raíces torcidas
para no tropezar.
Alquimia, esa que sabe reparar
esos días amargos que llegan,
para enseñarnos a reconocer
el valor de vivir,
entre realidades
que tu propia esencia mezclará,
dejando que la alquimia modere
el flujo de la naturaleza,
creando caminos que guiarán
al origen humano,
a la evolución de cada ser,
para enfrentar la dificultad
de la diversidad del sentir,
del imaginar,
desde sendas que tiran de la humanidad
con pociones mágicas,
con baños de realidad.
Mezclar eternamente
para no dejar jamás de soñar.
La piedra filosofal de la humanidad
carga sus miles de años,
para transformar
el valor de lo etéreo
del pensamiento humano,
uniendo imaginarios soñados
con la química real,
esa que puede curar
el dolor desde su origen;
lo físico y el alma en el caminar.
¡Ay alquimia, con tu piedra filosofal!
No tienes aristas
porque piedra no eres,
contienes la esencia
del pensar y transformar.
Sólo lo sentido,
macerado por la alquimia,
tiene rango de eternidad,
la tuya,
la que tu ensueño unirá
a tu realidad,
consiguiendo mezclar
lo divino y lo humano
en busca del infinito
con surcos en la mar.*NOTA sobre la chyma, de la revista Siglo Digital.
La teoría de la «chyma» en alquimia, se refiere a la idea de que la materia está compuesta por cuatro elementos principales: fuego, agua, tierra y aire, y que la combinación y proporción de estos elementos determina las propiedades de cada sustancia. La palabra «chyma» proviene del griego y significa «fundir» o «derretir», lo que alude al proceso de transformación y mezcla de estos elementos.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria.
Tu poema, “Alquimia de la naturaleza humana”, es un texto de profunda meditación sobre el proceso interior del ser humano: la mezcla constante entre el alma y la materia, la lucha entre lo etéreo y lo terrenal, la fragilidad y la transformación. Tiene un tono reflexivo, filosófico y espiritual, en el que la metáfora de la alquimia funciona como hilo conductor y símbolo de esa eterna búsqueda de sentido.
Tu poema es una reflexión lírica sobre la condición humana y su capacidad de transformación. La idea de la alquimia se vuelve símbolo de crecimiento interior, de ese proceso lento, doloroso y luminoso a la vez, mediante el cual el ser humano transmuta sus vivencias —fracasos, ilusiones, amarguras— en sabiduría y conciencia.
Fortalezas:
Coherencia metafórica: La alquimia es el eje que une todas las imágenes y reflexiones. No hay dispersión temática: todo gira en torno a la evolución espiritual.Tono meditativo y místico:
Invita a la introspección, a un tipo de lectura pausada, casi como si fuera un rezo o un mantra.
Belleza en las imágenes:“Desnudando de estelas cada una de las estrellas”, “hilos frágiles que soportan el peso de raíces torcidas” y “con surcos en la mar” son versos de gran potencia visual y simbólica.
Equilibrio entre lo humano y lo divino:Logras transmitir esa unión entre lo terrenal y lo trascendente sin caer en dogmatismos, desde una espiritualidad amplia y sentida.
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VEN
Introducción al poema VEN:
Este poema, escrito hace dos décadas, es un canto íntimo al amor sin temores, a ese deseo de construir un refugio común donde el cuerpo y el alma se entrelazan sin medida. En sus versos vive la urgencia tierna de dos corazones que no se buscan, sino que se encuentran. El poema nace desde el anhelo, pero se ancla en la certeza de lo vivido. Es un testimonio de una plenitud amorosa que deja de ser sueño para convertirse en realidad encarnada.
VEN
Ven aquí.
Construyamos juntos
un lugar donde amarnos,
un amarnos con besos desbocados,
con la nobleza de sentirnos únicos, pegados.
Pegados sin remedio,
simplemente abrazados
en un lugar sereno,
en ese lugar deseado,
tejido con latidos
de dos corazones atados.
Quiero retener tu olor,
tu aliento, tus manos;
manos que me acarician
sin temor al desnudo, al fracaso.
Porque amar es mucho más
que lo esperado.
Porque amar es atesorar,
dentro de mi alma, tus abrazos.
El laberinto de tu piel,
mil veces superado,
porque es el único camino
que tú y yo anhelamos.
Ya no tengo que imaginarte,
ya no necesito soñarlo,
porque la realidad de mis días
supera lo imaginado,
cuando ni siquiera existías.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria del poema:
El poema VEN se sostiene sobre la fuerza del imperativo amoroso. Desde el primer verso, el llamado “Ven aquí” establece el tono íntimo y urgente que atraviesa todo el texto. La voz poética no solo invoca la presencia del otro, sino que la transforma en un espacio compartido: un lugar de entrega, refugio y plenitud.
La estructura del poema avanza desde el anhelo (“construyamos juntos un lugar donde amarnos”) hacia la certeza de la unión (“ya no tengo que imaginarte, ya no necesito soñarlo”), mostrando una evolución natural del deseo a la realización. Este tránsito le da profundidad emocional y narrativa, como si el poema fuese un viaje desde el sueño hasta la vivencia concreta.
En el plano estilístico, destaca el uso reiterado de palabras ligadas al contacto físico —“besos”, “abrazos”, “piel”, “manos”— que no son meros elementos eróticos, sino símbolos de unión y pertenencia. La corporalidad se convierte aquí en metáfora del arraigo del amor verdadero, donde lo físico y lo espiritual se funden sin miedo al fracaso.
La cadencia, construida con versos breves y un tono confesional, le otorga al poema musicalidad y cercanía. A su vez, la repetición de expresiones como “porque amar” intensifica la idea de definición, como si el yo poético buscara fijar por escrito una verdad universal del amor.
En conjunto, VEN es un poema de amor en estado puro: honesto, sin artificios, vibrante en su intimidad. Su mayor valor reside en la capacidad de transmitir la emoción sin ambages, logrando que el lector participe de la intensidad del sentimiento que lo inspiró. -

RAZA ¿HUMANA?
Introducción al poema:
Este poema reflexiona sobre la condición humana, cuestionando el sentido mismo de la palabra "raza" cuando se observa desde la perspectiva de la vida, la esperanza y la unidad esencial de las personas. Las imágenes marinas, los atardeceres y las travesías evocan las migraciones y los sueños de quienes buscan un lugar seguro, mientras se plantea una pertenencia común a la Tierra como hogar y origen de todos.
RAZA ¿HUMANA?
Raza sobre la piel,
sobre ojos que ven
esperanza en el horizonte,
surcando aguas bravas
sin temor a perecer.
Raza en sus palabras,
con sonidos que penetran en la piel,
recorriendo el curso de ese mar
con crecidas cargadas de sueños,
que reposarán en la arena
de aguas doradas por la luz del atardecer.
¡Ay, atardeceres vivos!
Las almas que recorren tus orillas
sueñan con un eterno encuentro
con aroma a vida,
sin miedos ni pesadillas sobre su piel.
Raza, ¿a quién perteneces?
A la Tierra que me dio mi ser,
a la única que acoge la vida
haciéndola crecer,
sin nada más que importe,
sólo razas de vidas,
sólo vidas de gentes,
sin nada más que pretender.
Raza,
la que nace
de la fuerza del querer.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria:
"Raza ¿Humana?" combina un tono lírico con un mensaje de fuerte carga ética. El mar funciona como símbolo de tránsito, riesgo y promesa, mientras que la luz del atardecer aporta un matiz de esperanza y reposo. El cuestionamiento del concepto de raza introduce un giro filosófico que universaliza la reflexión, alejándola de cualquier división y llevándola hacia la noción de una humanidad compartida.
En lo formal, la alternancia entre versos cortos y medianos favorece el ritmo, aunque algunos pasajes ganan fuerza al aislar ideas clave —como la pregunta "¿a quién perteneces?"— para enfatizar el tono de interpelación. El cierre con "la fuerza del querer" es redondo: resume en una sola imagen la respuesta a todo el planteamiento inicial, dejando un eco emocional que perdura.
Es un poema de denuncia y de abrazo, que habla desde la empatía y la conciencia colectiva, logrando equilibrio entre lo íntimo y lo social. -

FLORES FRESCAS
Introducción al poema:
El poema Flores Frescas es una evocación poética que fusiona lo cósmico y lo íntimo para hablar del origen del ser, la pureza del alma, la fuerza de los sentires humanos y el poder de lo invisible. A través de una simbología luminosa —la luna llena, los amaneceres y las flores frescas—, la voz poética nos invita a reencontrarnos con nuestra esencia más pura, libre de apariencias y profundamente conectada con las emociones genuinas. Este texto es un canto al alma desnuda, a la sensibilidad sin máscaras, al respeto por lo sencillo y lo eterno.
FLORES FRESCAS
Cuenta la leyenda
que nacimos cargados
de noble inocencia,
con sueños hechos
de lunas llenas.
Lunas cargadas
de flores frescas,
con compases de poemas
hechos de mil sentires
que nos atraviesan
de dolor, alegría, calma,
de sentir que vives
sin ser eterna.
Sentires de una desnudez
que mima tu alma
antes de que amanezca.
Amaneceres
de flores frescas
que rinden honores
a la luna llena.
Deja mecer tu pura esencia,
ella te hará reír y llorar,
sin apariencias
que aparten de tu camino
tus flores frescas.
Crítica literaria:
Este poema está construido con un tono reflexivo y espiritual, con imágenes que beben tanto de lo celestial como de lo terrenal. La luna llena actúa como símbolo de plenitud y conexión con el misterio ancestral, mientras que las “flores frescas” representan la pureza, los sentimientos genuinos, la esencia no contaminada del ser humano.
La estructura está marcada por un ritmo pausado y envolvente, con versos que fluyen como un susurro meditativo. El uso de la anáfora ("flores frescas", "luna llena") refuerza la musicalidad del poema y crea una cadencia armónica. La repetición no es reiterativa, sino que carga de simbolismo cada aparición, convirtiéndolas en pilares del discurso poético.
Destaca el oxímoron que aparece en “sentir que vives / sin ser eterna”, una idea profundamente humana que evoca la finitud de la vida y la intensidad con la que se puede vivir desde la consciencia de esa fragilidad.
El poema invita a desprenderse de las apariencias, abrazar los sentimientos auténticos, permitir que el alma se deje mecer y, sobre todo, confiar en que esa inocencia primigenia aún puede florecer dentro de nosotras, como flores frescas que rinden homenaje a la existencia misma.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados. -

TODO LO QUE TENGO
Introducción al poema:
Este poema nació de un instante de lucidez en el que comprendí, sin necesidad de más razones, que lo pequeño puede ser completo. Que la humildad, cuando habita en el centro del pecho, convierte lo poco en todo. LO QUE TENGO es un canto íntimo al contentamiento, una ofrenda serena a la plenitud que no necesita adornos. Aquí, cada deseo se aquieta al saberse suficiente, y cada momento bueno, por pequeño que sea, construye un universo entero.
TODO LO QUE TENGO
No necesito más de lo que tengo,
sé que lo tengo todo,
con la conciencia de lo pleno.
¿Qué puede estar eternamente lleno?
Aquello que, siendo pequeño,
con sólo trocitos
se siente completo;
aquello que, por mucho desear,
ya no deja espacio dentro.
¡Ay, humildad!
¿Cómo es posible que tu grandeza
se llene con lo poco que pretendo?
Humildad, hoy te entrego
mis pequeñas felicidades,
mis pequeños deseos,
sabiendo que son suficientes,
porque son todo lo que poseo.
Conciencia de plenitudes,
llena de momentos buenos,
que completan la humildad
de sentires pequeños.
Crítica literaria del poema:
Este poema se construye sobre un principio esencial: el valor de lo simple. Desde el primer verso, el yo poético proclama una certeza que no necesita adornos: “No necesito más de lo que tengo”. Con esta afirmación comienza un desarrollo sereno y profundo sobre la plenitud que brota no del exceso, sino de la conciencia clara de tener lo justo y necesario.
La figura de la humildad aparece como símbolo central, elevada a virtud capaz de contener lo inmenso en lo mínimo. La paradoja de lo “eternamente lleno” encuentra resolución en el aprecio por lo pequeño. A través de versos de ritmo pausado y lenguaje transparente, el poema revela que la grandeza se halla en lo discreto y que la plenitud es un estado del alma más que del cuerpo.
El tono íntimo y contemplativo se sostiene con elegancia, sin caer en la idealización vacía. Hay verdad en la voz que habla: una verdad que ha sido experimentada, no impuesta. La imagen del “baúl pequeño dentro de una gran cesta” (que acompaña al poema) acentúa visualmente esa idea de contención inversa: lo esencial cabe en lo modesto.
El cierre, con su “humildad de sentires pequeños”, no solo refuerza el mensaje sino que redondea el poema con una cadencia que invita a la pausa. Es un poema que no pretende impresionar, sino compartir una certeza que se ha ganado con el vivir.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados. -

VECINOS
Introducción al poema:
En un mundo donde a veces las distancias entre las personas parecen agrandarse, este poema rescata el valor de la cercanía, del respeto cotidiano, de la humanidad compartida entre quienes habitan un mismo espacio. VECINOS es un canto a la convivencia sencilla, al saludo diario que cobija, al calor humano que nace sin pedir nada a cambio. Una oda serena a la dignidad del otro, al vivir en comunidad, con la mirada puesta en lo esencial: la bondad y el respeto a cada vida.
VECINOS
Existencias de vidas
con un por qué,
con un sentir,
creyendo en la dignidad
de nuestros iguales,
percibiendo sus bondades,
respetando sus creencias,
sus gestos amables.
Vecinos de calles, de barrios,
de pueblos hermosos,
sembrados de humanidades.
Hermosos por sus gentes,
que tejen la vida sin maldades,
con la generosidad
de tender sus manos
en días cargados
de dificultades.
Paredes guardianas
de vidas y de pesares.
Y así la vida se va tejiendo
desde las bondades,
con pequeños gestos del día a día,
con esos "buenos días"
de aquella anciana,
que día tras día
salía con el bastón en su mano
y sus sonrisa a modo de abrazo.
Vivir compartiendo
las aceras de caminos
de sus gentes,
sin malicias construidas.
Vecinos de paredes compartidas,
llenas de mil historias
que apuntalan los días.
Generosidades entrelazadas
a lo largo de la vida,
con el respeto infinito
de sabernos diferentes,
de diversidades constituidas.
Buenos días vecina,
que la vida te sonría.
© María Bueno, 2025 – Todos los
derechos reservados.
Crítica literaria:
VECINOS es un poema de mirada entrañable y profundamente ética. Desde su sencillez expresiva, logra transmitir una filosofía de vida basada en el respeto, la empatía y la convivencia.
El texto no pretende adornarse con artificios formales, sino que busca la autenticidad del gesto cotidiano: ese saludo matutino, esa mano tendida que alivia los días difíciles, ese compartir silencioso que, sin palabras grandes, construye humanidad.
El ritmo pausado y los encabalgamientos suaves evocan el paso tranquilo de la vida en comunidad. Cada verso respira como una conversación, como si las palabras fueran dichas al calor del encuentro vecinal. Esa naturalidad convierte el poema en una suerte de homenaje a las raíces del convivir humano, donde lo pequeño —un saludo, una sonrisa, una presencia constante— se transforma en símbolo de grandeza moral.
Hay también una dimensión visual muy marcada: las “paredes guardianes”, las “aceras compartidas”, los “pueblos hermosos sembrados de humanidades” componen un paisaje emocional que mezcla lo físico con lo espiritual. Se percibe la intención de rescatar la belleza del entorno no por su arquitectura, sino por las personas que lo habitan.
En el cierre, la despedida “Buenos días, vecina, que la vida te sonría” resume la esencia del poema: la esperanza en una bondad sencilla, cotidiana, que dignifica la existencia.
Es un final luminoso que deja una sensación de ternura y reconciliación con el mundo.
En síntesis:
VECINOS celebra lo humano en su forma más pura. Es un poema de ternura civil y de ética cotidiana, donde la poesía se encarna en los gestos simples que sostienen la convivencia. Su tono cálido y su lenguaje cercano invitan al lector a mirar su entorno con gratitud y respeto.