TU AUSENCIA ES MI VACÍO

Introducción al poema:

Este poema es un grito íntimo nacido desde la herida más profunda: la pérdida irreversible de un ser amado. La voz poética nos conduce a través de un viaje emocional donde el amor, la desesperanza, el dolor y la impotencia se entrelazan en un diálogo que es, a la vez, súplica y despedida. El texto revela la lucha interna entre el deseo de sostener al otro y la realidad inquebrantable de su partida. Es una confesión directa, sin adornos innecesarios, que se convierte en un espejo de la fragilidad humana frente a la muerte y la ausencia.


TU AUSENCIA ES MI VACÍO

¿Qué sientes?
Háblame...
¿La tierra te debe algo?

¿Qué quieres?
No sé qué está pasando.

Estoy hundida,
mis propias palabras me hieren,
sufro con desmesura
de un vacío anunciado.

El miedo, mi fragilidad,
son un canto ahogado.

Siento que nos amamos,
que la tierra nos cobija
en su regazo.

Siento que tu vacío
es mi calvario,
que tu morir de cada día
es mi propio fracaso.

¿Qué quieres de mí?
¿Llenar las ausencias del sin sentir?

Me estoy hundiendo,
estoy en las profundidades de negruras,
de sentires que apuñalan lo soñado.

No hay más.
Sólo me quedan mis silencios,
para romper tu miedo,
mi soledad en el vivir
de cada uno de tus momentos.

La tristeza de tu alma
grita tu nombre,
siguiendo tus pasos
camino del hoyo oscuro,
que te atrapa sin reparos,
para alimentar a la bestia
que siempre te está esperando.

La profundidad de tus pesares
no toca fondo,
por ese eterno letargo
que te aleja de la vida
sin ver que estoy llorando.

Veo tus lágrimas
desde el negro sentimiento amargo
que devora mis entrañas,
que me está matando.

Veo tu llanto,
siento ese sufrir
que no necesitan decir tus labios,
porque tus ojos expresan
el vacío de mis abrazos.

Y un día cualquiera,
la tierra se cerró sobre ti.
Se hundió contigo en sus garras,
llevándote al infinito,
enterrando tu rostro amado,
ahogando tu sonrisa,
tu mirar de soslayo,
mientras siento la herida
de la ausencia de tus manos.

Te abracé hasta el último instante,
mientras sentía el desgarro en mi alma,
el llanto desbocado,
sabiéndome perdida
entre el último de tus abrazos.

Sintiendo el dolor en mis entrañas,
sabiendo que mi alma carga el lamento
del vacío de tu mirar,
de tus caricias inocentes,
de tus palabras en los amaneceres,
del cobijo de mis llantos.

Tu ausencia es mi vacío,
mi eterno quebranto.


© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.


Crítica literaria

"Tu ausencia es mi vacío" destaca por su carga emocional intensa y su tono confesional. El poema mantiene un pulso narrativo que avanza desde el desconcierto inicial hasta la aceptación dolorosa de la pérdida. La estructura libre y la repetición de preguntas retóricas ("¿Qué sientes?", "¿Qué quieres?") generan cercanía y urgencia, como si el lector asistiera a un diálogo real que se quiebra ante el silencio de la muerte.

La fortaleza del texto radica en la capacidad de transmitir sensaciones viscerales: el hundimiento, la negrura, el vacío. Hay imágenes poderosas, como "la tierra se cerró sobre ti" o "alimentar a la bestia que siempre te está esperando", que aportan dramatismo y simbolismo.

A nivel formal, la fragmentación en estrofas cortas refuerza el ritmo quebrado propio del duelo, mientras que el cierre, con la declaración lapidaria "Tu ausencia es mi vacío, mi eterno quebranto", condensa el sentimiento central y deja una huella contundente.

Es un poema que no busca ser complaciente, sino verdadero; y en su verdad, encuentra la belleza y la fuerza.