UNA CARTA A VUESAS MERCEDES

Introducción:

En este poema, María convierte la tradicional carta a los Reyes Magos en una súplica universal por la paz, el amor y la justicia. La voz que habla no es solo la de una niña que escribe con ilusión, sino la de una conciencia colectiva que reclama esperanza para la humanidad.
Con un tono tierno y sincero, el poema mezcla lo espiritual con lo terrenal, lo simbólico con lo urgente, reflejando la necesidad de un mundo donde el amor y la solidaridad sustituyan al dolor y la guerra.


QUERIDOS SERES MAGOS

Espero que al recibo de esta carta
se encuentren bien.
Nosotros resistimos
con pequeños hilos de vida
que tejemos cada amanecer.

Don Baltasar,
sólo le pido un poquito de paz.

Don Melchor,
para mis padres le pido
un manto de lana que les dé calor.

Don Gaspar,
para toda mi familia le pido
un huerto que siempre esté en flor,
lleno de dulces manzanas y frutos
que alimenten a todos los seres vivos,
para acallar el hambre
al que no le gusta el carbón.

Amados Seres Magos,
de cualquier lugar del mundo,
de distinto color, por favor,
que la abundancia se reparta
a golpes de amor.

Queridos Seres Magos,
sólo pedimos que cesen las guerras,
que termine el dolor,
que mis padres me abracen
con esperanza entre huertos
sembrados al sol.

Les mando un beso muy grande
y mi ubicación: 🌎


(© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados)


Análisis crítico:

El poema Queridos Seres Magos combina la inocencia de una carta infantil con la profundidad de un manifiesto ético. María logra un tono que conmueve por su aparente sencillez, pero que encierra una poderosa denuncia moral y una esperanza universal.

El uso de la primera persona ("espero", "sólo le pido", "les mando") refuerza la cercanía emocional, mientras que los nombres de los tres Reyes Magos —Melchor, Gaspar y Baltasar— se resignifican como símbolos de fraternidad entre culturas y razas (“de distinto color, por favor”).

Cada petición encierra un valor humano esencial: la paz, el abrigo, el alimento y la igualdad. Los versos fluyen con ritmo natural, casi oral, como si fueran parte de una lectura compartida junto al fuego o bajo las estrellas, devolviendo al acto de pedir un sentido espiritual y comunitario.

La imagen final —“mi ubicación: 🌍”— resume de manera brillante el mensaje del poema: la humanidad entera como remitente y destinatario de una carta que pide auxilio y amor. Es un cierre contemporáneo, simbólico y universal.
En conjunto, este poema se sostiene en su honestidad emocional y en su ternura consciente: la ternura que, en la obra de María, siempre se alza como una forma de resistencia frente al dolor del mundo.