BESOS PROPIOS

Introducción al poema:

Este poema nació de una sensación profunda de desconcierto corporal, de ese pequeño asombro que sentimos cuando descubrimos que, aun siendo dueñas de nosotras mismas,  hay gestos de ternura que nos son imposibles de darnos. Surgió un día en el que imaginé un abrazo propio, jugando con la ternura y el absurdo, con la libertad de escenificar algo abstracto y  liberarlo.

En realidad, es un canto a la reconciliación con el propio cuerpo, con el propio yo, al amor propio repartido en muchos trocitos, a la aceptación de nuestra rara y hermosa humanidad física, poniendo acento de humor a lo cotidiano.

BESOS PROPIOS

A santo de qué
no pueden llegar mis labios
a mi mejilla
para comerme a besos yo misma.

A santo de qué
no puedo alcanzar a abrazar
mi cuerpo con mis propias manos.

¡Qué cuerpo tan raro!,
alcanzo mil cosas
sin poder yo misma
darme un abrazo.

Poder rodear mi hermosura
en un cálido apretón
que recoja cada centímetro
de mi diámetro.

¡Ay chiquilla!
Has dado por fin con la solución
a tu cuerpo raro,
no es que no puedas llegar,
es que es mejor hacerlo
a trocitos en muchos abrazos.

¿Quién dijo que la cuadratura
del círculo es pertenencia
de enigmas matemáticos?

Es simplemente imaginar muchos mimos,
sin necesidad de reglas ni trazados.

© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.