Introducción al poema:
Este poema es un canto esperanzador al esfuerzo, la constancia y la fe en uno mismo.
Desde una voz íntima que impulsa a avanzar, el texto invita a caminar pese al cansancio, a seguir soñando incluso en medio de los fracasos y a no rendirse ante los obstáculos.
Hay en sus versos una ternura firme, una sabiduría que nace del recorrido vital y del aprendizaje de lo cotidiano. Es un poema que no promete grandezas, sino la plenitud que se halla en seguir andando, día tras día, hacia pequeñas metas que construyen una vida.
Y ATRAPÓ SU SUEÑO
¡Camina!
No dejes nada atrás,
atraviesa muros,
sueña para llegar.
Sube montañas,
aunque no puedas más.
Cruza los mares,
ellos te querrán impulsar
hasta hacerte llegar
a esa orilla que sueñas
poder alcanzar.
Llegarás desnuda,
sin harapos ni restos
de inhumanidad,
y sabrás que tus sueños
son alcanzables,
aunque no sepas nadar,
aunque el camino se tuerza,
aunque te duela el fracaso,
aunque el aliento te abandone,
¡volverá!
¡Inténtalo una vez más!
Nunca se pierde nada
cuando no dejas de caminar
hacia pequeñas metas alcanzables,
que tu mochila llenará
cada día de tu vida,
cada mañana al despertar.
¿Pretensión de grandes metas?
Sólo pretensión de caminar,
mirando para ver un horizonte
que puedas alcanzar,
entre la luna del anochecer
y la luz de la madrugá.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria:
“Y atrapó su sueño” combina sencillez expresiva y hondura emocional con una estructura de tono exhortativo que recuerda a la poesía motivacional, pero con un matiz poético y humano más íntimo.
La voz poética guía y acompaña, no impone; su “¡Camina!” es una llamada cálida, no una orden. La reiteración de verbos de movimiento (“camina”, “sube”, “cruza”, “inténtalo”) imprime ritmo y energía, reforzando el sentido de avance constante.
El poema encuentra su mayor belleza en la claridad de su mensaje: no alcanzar la gloria, sino la plenitud del esfuerzo.
La metáfora del caminar como símbolo de vida es clásica, pero aquí adquiere un tono cercano y sincero.
La conclusión, con esa imagen del horizonte entre la luna y la "madrugá", aporta un cierre lírico y profundamente andaluz, donde la esperanza se funde con la luz que nace.
Es un poema luminoso, con cadencia clara y mensaje universal: los sueños se alcanzan andando, aunque duelan los fracasos.
Y ATRAPÓ SU SUEÑO

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