Introducción al poema:
El poema La puerta es una metáfora poderosa sobre la libertad interior, la valentía y la capacidad de imaginar caminos nuevos cuando la realidad parece opresiva.
La protagonista descubre, a través de la fuerza de su mente y su deseo, un umbral invisible que se convierte en la clave para transformar su vida. La puerta no es solo una salida física, sino un símbolo de ruptura con lo que intoxica, una vía de escape hacia la autenticidad y la luz.
LA PUERTA
Con sólo pensarlo se abrió,
la puerta apareció de la nada,
abierta al exterior.
Desde el asiento que ocupaba
podía enfilar con su mirada
ese hueco en la pared,
que en silencio la llamaba.
¡Eh, tú, mírame!,
¡hazte fuerte y vete,
tienes diez minutos
antes de que tu puerta se cierre!
Créelo, nadie más la tiene,
sólo tú puedes.
Miró a un lado y al otro,
nadie se movía,
la puerta no existía,
aún y así ella la veía,
la sentía.
Se levantó y con disimulo se acercó,
pasó su mano y sintió el aíre
que penetraba desde el exterior.
¿Y si se marchaba?
Quedó atrapada en su reflexión,
quedaban escasos minutos
para escapar del lugar
donde todo el mundo se ignoraba,
donde el vacío era la carga pesada.
¡Se atrevió!
Salió sin disimulo por la puerta
que nadie más vio abierta,
y se marchó.
Sólo necesitó el deseo de acabar
con lo que la intoxicaba,
con todo aquello que la envenenaba.
¡Se terminó!
Su mente abrió esa puerta que la liberó,
eliminando de su vida
todo aquello en lo que no creía,
todo cuanto frenaba su valor.
la puerta que imaginó,
se la quedó,
para abrirla de par en par
dibujando con pinceles imaginarios
la luz del Sol,
en los días cargados de pesares
que nublan la razón.
Puertas,
esas que abren muros a tu alrededor.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria:
La puerta es un poema que combina la narrativa simbólica con la poesía reflexiva.
Su fuerza radica en el uso de la metáfora central: la puerta como umbral de transformación, que solo la protagonista puede ver y atravesar.
El tono es esperanzador y liberador, con un ritmo que avanza en crescendo desde la duda hasta la decisión, cerrando con un mensaje de resistencia y creación.
La estructura, en su forma revisada, refuerza la tensión narrativa (la aparición de la puerta, la reflexión, la decisión de cruzarla y la consecuencia liberadora).
El uso de exclamaciones añade intensidad emocional y refleja la urgencia del momento.
Las reiteraciones transmiten el peso del malestar que impulsa a la protagonista a actuar.
En conjunto, es un poema simbólico y motivador que invita al lector a reconocerse en sus propias “puertas invisibles”, esas que se abren solo con la valentía de imaginar y decidir.
LA PUERTA

Fotografías y textos de