Introducción al poema:
El poema VIOLENCIA CERO aborda de frente la crudeza de la violencia, desnudándola de cualquier justificación y mostrando su esencia destructiva.
Se presenta como una fuerza maldita que atraviesa almas, desgarra cuerpos y arranca vidas inocentes, en especial las de los más pequeños.
La voz poética interpela a la violencia, le cuestiona su origen, su hambre insaciable y su capacidad de deshumanizar, hasta llegar a un final que contrasta ternura y horror: el diálogo de una niña que, ante la muerte, busca en el cielo la dulzura que la vida le negó. Es un poema de denuncia, cargado de imágenes potentes, que invita a la reflexión sobre la barbarie y la pérdida de inocencia.
VIOLENCIA CERO
VIOLENCIA,
eres esencia maldita
entre los pliegues del alma,
con flujos envenenados
de torrentes sin calma.
Eres miseria ahogada,
buscando oxígeno
bajo la piel de mil caras,
bajo mantos negros
como una noche cerrada.
¿No hay pesares en tus madrugadas?
¿No hay desechos malditos
que ahoguen tu garganta?
VIOLENCIA,
¿de dónde sacas la vileza?
¿De dónde esa hambre insaciable?,
hambre de sufrimiento ajeno,
de sangre derramada,
de llantos infantiles,
de pequeñas vidas,
de diminutos cuerpos inertes
sobre brazos que acunan la muerte,
de hijos sin vida,
del propio vacío en la calma.
Y preguntó una pequeña niña
en una de esas noches malditas:
—Mamá, ¿es verdad que hay
dulce chocolate en el cielo
para toda la eternidad?
—Sí, todo el que tu pequeño cuerpo pida, todo el que quieras alcanzar.
Y cerraron los ojos
tras la muerte infinita.
VIOLENCIA,
esa que no tiene vida,
esa versada en "geo";
sin geografías de vidas.
NOTA: en el verso "esa hambre",se utiliza el pronombre femenino "esa" porque va antes de "hambre".
La regla de usar "el" sólo se aplica cuando el artículo indefinido está justo antes de la palabra.
© María Bueno, 2023 – Todos los derechos reservados.
Crítica literaria:
El poema VIOLENCIA CERO impacta por la fuerza de sus imágenes y por la crudeza emocional con que enfrenta a la violencia.
La repetición de la palabra VIOLENCIA en mayúsculas cumple una función de martillo: marca ritmo, interpela, obliga a no apartar la mirada. La combinación de metáforas (“flujos envenenados”, “mantos negros como una noche cerrada”) con escenas directas y desgarradoras (los “diminutos cuerpos inertes” o la pregunta de la niña sobre el chocolate celestial) genera un contraste que estremece y ahoga.
En lo formal, el poema respeta un tono sostenido de denuncia y mantiene coherencia en la estructura versal, aunque en algunos fragmentos se abre a un lenguaje más narrativo, especialmente en el diálogo de la niña. Esta forma de escribir humaniza y sensibiliza, evitando que el texto se quede en la mera abstracción de la condena.
En síntesis, VIOLENCIA CERO es un poema duro, de denuncia social y de profunda carga ética, donde la ternura infantil aparece como último refugio frente a la brutalidad de la violencia. Su mayor valor reside en la fuerza testimonial y en la capacidad de estremecer al lector.
VIOLENCIA CERO

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