Introducción al poema:
Este poema nace del amor absoluto que solo puede sentirse cuando la vida se mira con ojos de madre. Está dedicado a esa niña que, con su risa franca y su inocencia intacta, despierta en mí los recuerdos más puros y los anhelos más hondos. En mis recuerdos siguen vivos sus balbuceos, el eco de antiguas nanas, y en su mirada, la certeza de que aún existen milagros. Es un canto sencillo, pero eterno, al amor que no pide nada, que solo abraza, guarda y permanecerá… por siempre jamás.
Te quiero comer a besos,
te quiero estrujar
en un abrazo tierno,
lleno de amores,
con olor a azahar.
ROCÍO DEL ALBA
Tus balbuceos de infancia,
tu risa franca,
esa inocencia total,
acompañan mi sentir
con sonidos de nanas
y despertares en la madrugá.
Cuando te miro,
siento que no queda nada
más hermoso por crear.
Mi tesoro pequeño,
mi Rocío del Alba,
guardas en mi existir
recuerdos vivos,
cargador de amores
que se quedan conmigo
por siempre jamás.
© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.
ROCÍO DEL ALBA

Fotografías y textos de