RENUNCIO AL ODIO

Renuncio al odio en mi vivir.
Me duele ver sufrir,
incluso a quien me hace morir.
Morir por un mal que me hace llorar,
llorar sintiendo el infinito dolor
de aquellos que sufren,
con la impotencia de no poder hacer más.

Renuncio,
renuncio al odio que no puedo sentir,
un sentir venenoso que sólo va contra mí.

¡Ay sentimientos míos!
siempre me estremecen,
con la intensidad de saber
que todos esos instantes,
que los momentos vividos
son la base cierta de mi existir.

Esa verdad verdadera
que sólo mis ojos pueden alcanzar,
creando trocitos de vida
que nacen al compás de mi realidad,
asumiendo lo bueno y lo malo
de saberme imperfecta,
de saberme parte de un todo;
sólo un ser más entre la inmensidad.


Corazón mío,
que juegas con mi vivir,
renuncio a todo lo que signifique
odiar sin percibir,
que la vida es inmensa
si la sabes sentir,
tocando esas teclas
que acarician lo bueno de mí.

Porque vivir viviendo,
es vivir sin morir.

© María Bueno, 2025 – Todos los derechos reservados.